domingo, 20 de enero de 2019

Notas sobre Génesis 1:1, 2.

“En el principio”.

Del hebreo “re'shit”, palabra que indica el comienzo o inicio de algo. ¿El principio de qué? De “los cielos y la tierra”. Todo lo que existe tuvo un principio. Ese principio se debe a que “Dios creó” todas las cosas. A pesar de que el  francés Antoine-Laurent Lavoisier (1743-1794), a quien se le conoce como el padre de la química, en base a sus experimentos llegó a la conclusión de que “la materia no se crea”, la verdad es que, tanto “los cielos y la tierra”, todo lo que existe tuvo un “principio”.  La materia fue creada, y a partir de eso, tiene las cualidades necesarias para su función, mismas que la hacen parecer eterna, y así será dentro del tiempo en que Dios determine su existencia.  Llegará un día en que la materia sencillamente dejará de ser (cfr. 2 Pedro 3:10, 12). Es por esta verdad que todo lo que existe es llamado “la creación” (cfr. Marcos 10:6; Marcos 13:19; 2 Pedro 3:4). Todo fue creado por Dios (cfr. Hechos 4:24). 

“creó”
Es importante que usted note que, al crear Dios los cielos y la tierra, es cuando inicia "el principio”.  Existen personas confundidas que creen que entre los versos 1 y 2 de éste capítulo, hay una "brecha de millones de años". La palabra "principio" contradice esa idea.  Si aquí es donde tiene su "principio" la creación, entonces lo que dicen los versos 1 al 3, son parte de este principio.  Es verdad que en Génesis 1:1 leemos la palabra "bará", que significa generar o crear algo de la nada, en lugar de la palabra "asah", la cual, según los promotores de la llamada "teoría de la brecha" (véase verso 2); significa "remodelar" o “producir cosas de materia existente”.  Con esta "distinción", ellos creen que Dios creó de la nada la tierra hace millones de años, mismos que pasaron antes de un supuesto cataclismo entre el verso 1 y 2, y así, Dios procedió a "remodelar" lo que había creado hace "millones de años".  Tal distinción es falsa.  En la Biblia vemos que la palabra "asah", se usa para hacer referencia a lo que Dios hizo en Génesis 1:1.  Véase Génesis 1:31; Génesis 2:2-4; Éxodo 20:11; 2 Reyes 19:5; 2 Crónicas 2:12; Nehemías 9:6; Salmos 33:6; Salmos 96:5; Salmos 115:15; Salmos 121:2; Salmos 124:8; Salmos 134:3; Salmos 136:5; Salmos 146:6; Proverbios 8:26; Eclesiastés 3:11; Isaías 37:16; Isaías 44:24; Isaías 45:12, 18; Jeremías 10:12; Jeremías 27:5; Jeremías 32:17; Jeremías 51:15.  ¿Hay distinción, entonces, entre "bará" y "asah"? Apelar a su distinción semántica y establecerse allí una diferencia en la narración que nos ocupa, es negar por completo el uso que hace la Biblia de dichos términos.  Ambos describen el acto creativo de Dios "en el principio".

“creó Dios”
Este primer versículo hace notar también que, nada en los cielos, ni nada en la tierra, es Dios.  Los antiguos, particularmente en los tiempos de Moisés, creían que los astros, o la tierra misma, eran dioses. No obstante, este verso hace notar que no son dioses, sino producto del poder del Dios verdadero.  La grandeza misma de la creación, es decir, de la tierra y el universo, nos dan testimonio, o son una evidencia, una huella, una marca de la grandeza de Dios (cfr. Isaías 43:7; Apocalipsis 4:11; Proverbios 8:22ss).  De ahí que leemos en el salmo 19:1, "los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos".  En Romanos 1:20, Pablo explica que "las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas".  ¡Cuán grande es su eterno poder! ¡Cuán sublime es su naturaleza! (cfr. Salmo 33).  Por tanto, ¿dónde podremos encontrar aliento y guía para nuestras almas? No en las cosas creadas, sino en Dios. El salmista dijo, “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.” (Salmo 121:1-2).

“Dios”
¿Quién creó todas las cosas? Fue el Dios que se revela en la Biblia, y no ninguno de los “dioses falsos” de las naciones. Mientras que el Dios de la Biblia es eterno, y no así la materia, el dios egipcio “Amón-Ra”, emergió de “un océano infinito de aguas inmóviles” que es conocido como “Nun”. El dios egipcio no es eterno. Mientras que el Dios de la Biblia crea todas las cosas, tales como el cielo, el aire, la humedad, etc., los egipcios conciben a todas esas cosas como “dioses”, tales como “Shu” (dios del aire), “Tefnut” (diosa de la humedad), “Geb” (dios de la tierra) y “Nut” (diosa del cielo), y así una gran variedad de dioses por los que nace el universo. Mientas que el Dios de la Biblia forma al hombre del polvo de la tierra, y sopla en su nariz aliento de vida, para que sea a su imagen y semejanza, los egipcios suponen que “Jnum”, un dios con forma de carnero, dio forma al hombre en un torno, en el cual no solo dio forma al cuerpo sino también al alma. El mito se hace evidente.  La versión persa no se queda atrás, en la que conocemos a un dios “andrógino”, quien concibe a dos gemélos (Ahira Mazda y Angra Mainyu). Se cuenta que Angra Mainyu cayó en al abismo y comenzó el gobierno de Ahira Mazda. Pero se inició una lucha entre ambos espíritus. Ahira Mazda creó el mundo físico, a Gosh (el toro primordial) y al primer ser humano mortal (Gayomard). Angra Mainyu, que por elección propia hace el mal (era capaz de hacer el bien y para demostrarlo creó el pavo real) pretendió destruir el mundo. Dispuesto a ello, corrió por las aguas (que se hicieron saladas), por la tierra (que se convirtió en desierto), mató a las plantas, al toro y al humano.  El esperma de Gayomard fue conducido al sol; el de Gosh, a la luna. De éste surgieron, de nuevo, las plantas y animales. Del de Gayomard -tras cuarenta años enterrado- aparecería un ruibarbo andrógino, que daría lugar a la primera pareja de humanos: Mashyagh y Mashyanagh. Otra vez, el mito se hace evidente.  Entonces, no es verdad que de las partes del cuerpo de “Vritria” se hizo el universo (Versión Hindú), no es verdad que de una especie de huevo nacieron “Pan-ku” para convertirse en todo el universo, para luego los hombres ser moldeados por la diosa “Nueka” (Versión China), no es verdad que del seno del “Caos” surgió “Gea” (la tierra) de la que se separaron “Eros” y “Tártaro”, y de quien también surgió todo lo que existe (versión griega). Y así, diversas culturas, y diversos dioses tales como “Ymar”, “Ometecuhtli” entre otros, sino el Dios de la Biblia. Fue el eterno Dios que, con sabiduría, creó todas las cosas.

“los cielos y la tierra”
Si Dios creó todo lo que existe, entonces solo Dios es eterno (Salmo 90:2). Se declara de manera enfática y directa, sin ambigüedad alguna, que "los cielos y la tierra" fueron producto del poder y la sabiduría de Dios (cfr. Jeremías 51:15). El apóstol Pablo declaró por inspiración divina que, "lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" (Hebreos 11:3).  No, el mundo que conocemos ahora no fue producto de materia alguna que haya sido manipulada por Dios para darle forma. Por el contrario, de la nada, Dios hizo cada uno de los elementos que compone el universo (cfr. Isaías 40:26; Isaías 42:5, 12; Isaías 45:18; Isaías 65:17).  El salmista David nos ofrece una explicación excelente de la manera en que Dios creó los cielos y la tierra: "él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió" (Salmo 33:9).   Desde luego, toda esta creación tuvo el propósito de beneficiar a un ser que, en apariencia, es insignificante ante todo lo creado, aunque no menos asombroso en su funcionamiento. Este ser es el hombre.  Los versos 26-28, de Génesis 1, me hacen llegar a tal conclusión.  El salmista también dice, "Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar." (Salmo 8:4-8).

Es notable también el hecho de que, en este verso, encontramos los fundamentos de la ciencia. El famoso filósofo británico Herbert Spencer, (1820-1903), después de prácticamente toda una vida de estudio, declaró que hay básicamente cinco fundamentos de la ciencia: tiempo, fuerza, acción, espacio y materia. Sin embargo, cientos de años antes que él naciera, Moisés escribió en este verso, “En el principio (tiempo) creó (acción) Dios (fuerza) los cielos (espacio) y la tierra (materia)". Esto nos muestra que, aunque la Biblia no es un libro científico, por inspiración divina los escritores bíblicos hicieron declaraciones científicas ignoradas por la ciencia, y descubiertas en los tiempos modernos. La declaración bíblica es científicamente acertada.

Génesis 1:2

La conjunción "y", nos indica que el relato que viene a continuación, de ninguna manera representan hechos llevados a cabo en otro tiempo o época en distinción con lo hecho por Dios en el verso 1.  Algunos creen que hay millones de años entre los versículos 1 y 2.  Estas ideas son parte de la llamada, "Teoría de la brecha", ¿qué teoría es esa? Ella postula que existe un lapso indefinido de tiempo entre Génesis 1:1 y Génesis 1:2. Este lapso de tiempo usualmente se entiende como uno bastante extenso (millones de años) y también se dice que abarca las llamadas “eras geológicas.”  Los proponentes de la teoría de la brecha postulan que un juicio cataclísmico fue decretado sobre la tierra como resultado de la caída de Lucifer (Satanás), y que los versos subsiguientes de Génesis capítulo 1 describen una re-creación o reformación de la tierra a partir de un estado caótico y no un esfuerzo inicial de creación por parte de Dios.  Tal cosa es un error, y no representa sino el torpe esfuerzo por querer armonizar lo que dice la Biblia con una mala ciencia. Dado que las teorías científicas declaran que la tierra tiene "millones de años", algunos predicadores no pueden creer que la Biblia declare que la creación fue llevada a cabo en un periodo corto de siete días, y así, tener una creación joven. Ellos no quieren creer eso, y entonces inventan teorías como esa, y así no parecer ignorantes ante las críticas que el mundo incrédulo hace de la narración bíblica (Véase verso 1, comentarios sobre "bará").

“la tierra estaba”
Los promotores de la "teoría de la brecha", afirman que la palabra "estaba", en realidad significa "se volvió", o "llegó a ser", dando a entender así que, la tierra, como es descrita en el verso 2, no tuvo ese estado caótico al principio, sino que con ese cataclismo que trajo Dios sobre la tierra, entonces es que ella "llegó a ser desordenada".  Es verdad que en diversos contextos la palabra "hayah" significa "llegar a ser" o "volverse" (cfr. Génesis 3:22; Génesis 19:26; Génesis 21:20 y Éxodo 7:19; Éxodo 8:17; Éxodo 9:10). Pero, al considerar todos los textos antes citados, se hace evidente el uso del término "hayah", y en cada caso, ninguno de los sujetos bajo consideración existía originalmente en la condición mencionada.  La esposa de Lot no era una estatua de sal, ni tampoco el agua era sangre, sino que "llegó a ser" sangre, y la mujer llegó a ser una “estatua de sal”.  No obstante, es el contexto en cada pasaje el que nos indica, naturalmente, ese uso peculiar del término "hayah".  Sin embargo, en otros contextos, en el que se incluye Génesis 1:2, la palabra "hayah" no significa "llegar a ser", sino que describe al objeto en su estado natural o actual en determinado momento.  Por ejemplo, en Jonás 3:3, dice que Nínive, "era una ciudad grande en extremo".  Nínive "era", "hayah", y nadie se atrevería a declarar que Nínive "llegó a ser" o "se convirtió" en una ciudad grande cuando Jonás entró en ella, ¿verdad? Cuando Jonás entró en ella, "hayah", describe su condición existente en ese momento. De la misma manera en Génesis 1:2, "hayah" describe la condición existente de la tierra en el momento mismo de su creación.  No hay nada en el verso 1 que nos lleve a entender dicho término de otra manera. Así estaba la tierra, esa era su condición al momento de ser creada. La única manera de entender ese término con otro sentido que el que naturalmente tiene, es metiendo una "teoría" en medio de los versos 1 y 2. Sin embargo, esa teoría no es bíblica, no es de Dios, sino de los hombres. Dejemos el texto como está, y entendamos el término tal como debe ser entendido. Así estaba la tierra el día que fue creada.

“desordenada y vacía”
Estas palabras describen la condición de la tierra al momento de ser creada. Los promotores de la "teorgía de la brecha" dicen que no, que tal condición es efecto de un juicio divino que cayó sobre la tierra, destruyendo a la humanidad pre adámica.  Para fundamentar esa tesis, nos apuntan a dos textos bíblicos, a saber, Isaías 24:1 y Jeremías 4:23, en los que aparecen las mismas palabras de nuestro texto.  Es verdad que las frases, "vacía la tierra y la desnuda" y "asolada y vacía" son el efecto propio del juicio de Dios que dejó caer sobre las ciudades allí involucradas. Sin embargo, la interpretación de dichos términos, como siendo efecto de un juicio divino, se debe precisamente a que el contexto así lo indica.  Tales expresiones no están solas. Las acompaña un contexto por el que podemos saber la causa de su condición, y en ese contexto, efectivamente, tal estado es debido a un juicio.  Por su parte, el contexto de la frase, "desordana y vacía" en Génesis 1:2, no es un juicio divino, sino el acto mismo de la creación. Luego, la condición de la tierra es efecto mismo de la creación, y no de cierto juicio que alguien suponga, introduciendo un contexto ajeno al que Génesis mismo determina. Entonces, una cosa es que aquellas ciudades estén arruinadas debido al juicio descrito en el contexto, y otra cosa es que la tierra tenga dicha condición por las mismas razones. El contexto hace imposible semejante interpretación. En Génesis no hay juicio, no hay ruina, sino el acto de crear. Al momento de la tierra ser creada, en ese instante se encontraba desordenada, sin forma y vacía, es decir, sin vida, ni habitantes.  Las condiciones terrestres en ese preciso momento no eran apropiadas para la vida. Pero solo fue en ese momento, en el momento mismo de que fue creada.  En Isaías 45:18, dice que Dios no creó la tierra "en vano".  En este pasaje aparece la palabra "tohu", y así, algunos interpretan que al momento de ser creada la tierra, no fue creada "en vano", es decir, "vacía" o "inhabitada", y que solamente llegó a ese estado, precisamente por un evento desastroso que ocurrió entre el verso 1 y el verso 2. Sin embargo, una lectura cuidadosa del texto de Isaías, nos hace entender el pasaje como una indicación del propósito por el cual Dios hizo la tierra, y no como una referencia a su condición.  Isaías dice, "para que fuese habitada la creó". La tierra fue "formada", "compuesta" o "creada" precisamente para ser "habitada". No fue creada "en vano", es decir, para estar vacía.  Luego, el texto no habla de las condiciones de la tierra, sino sobre el fin por el cual fue creada. Una cosa es declarar el propósito, y otra cosa es explicar las condiciones. No se confunda.

"el Espíritu se movía sobre la faz de las aguas"
¿Quién se movía? No se movía "la fuerza de Dios", sino el "Espíritu de Dios", traducción del hebreo "Ruah Elohim".  Desde luego, toda palabra tiene un significado radical. "Ruah" es "viento", pero no quiere decir que Dios sea "viento", ¿verdad? (cfr Juan 4:24).  Traducir la frase, "Ruah Elohim", como "la fuerza activa de Dios", no responde a una traducción, sino a una interpretación. Quienes promueven esa clase de traducción, lo hacen porque niegan la personalidad del Espíritu Santo. No obstante, la personalidad del Espíritu Santo es revelada en la Biblia.  El Espíritu Santo enseña, recuerda, consuela y guía (Juan 14:26); da testimonio (Juan 15:26); guía, hablando lo que oye, y declarando cosas futuras (Juan 16:13); aboga o intercede (Romanos 8:27); concluye verdades de manera razonable (Hechos 15:28); habla frases enteras y comprensibles (Hechos 8:26; Apocalipsis 14:13); escoge y llama para el ministerio (Hechos 13:2); envía obreros a predicar (Hechos 13:4); es llamado Dios (Hechos 5:3, 4); habló por medio de los profetas (Hechos 28:25); oír al Espíritu Santo es oír a Jehová (Hechos 28:25 con Isaías 9:6); crea y da vida (Job 33:4); inspiró a los escritores bíblicos (2 Pedro 1:21); es omnipotente (Romanos 15:3; 19); es adorado (Salmo 95;6-9; Hebreos 3:7-9 con Isaías 63:19 y Hechos 7:51); tiene “intención” o “mente” (Romanos 8:27); puede “entender” o “comprender”, lo cual implica su “inteligencia” (1 Corintios 2:11); es omnipotente (Romanos 15:13); ama (Romanos 15:13); determina con voluntad (1 Corintios 2:11); es creador (Job 33:4), convence (Juan 16:18), manda y prohíbe (Hechos 8:29; 11:12; 16:6, 7); explica (1 Timoteo 4:1); dio a los hombres la habilidad de hablar en varios dialectos (Hechos 2:4); obró el milagro de la concepción en la virgen María (Mateo 1:20); sella a los santos (Efesios 4:30); intercede por los santos (Romanos 8:26); puede ser entristecido (Efesios 4:30); se le puede hacer enojar (Isaías 63:10); invita (Apocalipsis 22:17) y clama (Gálatas 4:6).

Finalmente, el erudito w. e. vine, comenta: "la Biblia habla a menudo acerca del «Espíritu» de Dios, la tercera persona de la Trinidad. Este es el significado de rûaj la primera vez que aparece el término: «Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas» (Génesis 1:2 RVR). Isaías 63:10-11 y Salmo 51:12 hablan específicamente del «Espíritu Santo o libre»..." (Diccionario de palabras del Antiguo Testamento - Edición e-Sword 10).

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